¡Quítame lo necio!
«»Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo». Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza, porque lo hacía con verdadera autoridad, algo completamente diferente de lo que hacían los maestros de la ley religiosa.» Mateo 7:24-29
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Escuchar sus enseñanzas:
¿Pero qué es lo que Jesús nos quería decir con esta declaración? Si queremos llegar a ser sabios lo primero que debemos de hacer es escuchar, escuchar es poner toda mi atención a lo que se esta diciendo, Jesús desea que nuestra atención este al 100% cuando nos esta revelando su palabra, unos capítulos más adelante Jesús nos da la promesa de que si escuchamos tendremos conocimiento en abundancia. «A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia; pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan.» Mateo 13:12.
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Seguir sus enseñanzas:
No basta con solo escuchar Dios quiere que también las pongamos en practica, seguir nos hace referencia a imitar a hacer lo que se nos esta diciendo, es poner en acción las palabras, necesitamos no solo escuchar si no también hacer. «No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.» Santiago 1:22
Somos expertos siendo necios, estamos tan acostumbrados, solo a querer recibir la palabra, que a nuestro criterio es buena o nos beneficia, pero cuando el señor quiere poner los cimientos, nos rehusamos ya que nuestra comodidad es mucho mejor, pero Jesús nos enseña que para llegar a ser sabios necesitamos ser oidores y hacedores de su palabra. Necesitamos ser sensibles a su palabra y decirle a nuestro Señor ¡Quítame lo necio!
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